viernes, 14 de noviembre de 2008

¿AVIONAZO O "AVIONAZO"?

De la Hipótesis Téllez y la Facultad Especulativa

Todos los indicios parecen indicar aún que el percance en que murieron Mourino y Vasconcelos fue: o un avionazo o un "avionazo".
A primera vista, ambas opciones tuvieron desde el principio probabilidades verosímiles de resultar atinadas. En particular, la hipótesis del atentado lucía aceptablemente congruente. La sugirieron las primeras evidencias y no la mala fe de los ciudadanos como se anda diciendo con ligereza; las disponibles en las horas inmediatas a la ocurrencia del siniestro (la enigmática declaración del contralor sobre una llamada postrera, los testimonios sobre un fuego o luz en la nave, el aterrizaje en sentido invertido) y las indirectas o contextuales (la terrible mortandad suscitada por el combate a las narcomafias, la cercanía del pasajero Mouriño con el primer presidente mexicano que osa confrontarlas seriamente, la recompensa ofrecida públicamente por la cabeza del pasajero Santiago Vasconcelos, la calidad de presidenciable del exsecretario de Gobernación que lo era de un presidente impugnado por demasiados, etc.).
Algunas incongruencias del también presidenciable Luis Téllez Kuenzler agregaron enseguida motivos a la sospecha de un atentado. En primer término, su protagonismo. Nadie puede soslayar que el secretario de Comunicaciones y Transportes se apuró en exceso al exponer, a unos pocos minutos de la tragedia, su temeraria hipótesis del accidente. ¡Mucho debería haber aprendido de aeronáutica el doctor en economía Luis Téllez desde que fue director de Planeación Hacendaria con De la Madrid para arriegar con responsabilidad esa hipótesis a sabiendas de que la vida de uno de los pasajeros había sido cotizada públicamente en 5 millones de dólares!
En segundo lugar, parece claro que si el hipotético atentado hubiérase planeado con profesionalismo (algo factible, dada la calidad de dos pasajeros), era posible que su ejecución contara con la complicidad de personal de la dependencia que monopoliza los medios técnicos para afectar el vuelo de un jet: precisamente la encabezada por Téllez. Siendo parte de la eventual investigación de una de las dos hipótesis naturales, cabe postular que el ex coordinador de campaña de Ernesto Zedillo se apresuró al convertirse en juez de su propia causa hipotética. (Tal audacia está muy vista ya en los thrillers y novelas policiacas.)
En tercer lugar, otra vez Luis Téllez. Para no rebajar la reflexión a los ataques ad hominem, conviene formular así la conjetura: Téllez se hizo político de altos vuelos en la última fase del priato, la de los controvertidos magnicidios y la corrupción galopante: es un priísta de la vieja escuela, anterior a la transición democrática. ¿Y eso qué? -se replicará. Y en este punto, el de la honorabilidad de los servidores públicos mexicanos ...se sufre la ausencia de un diagnóstico correcto de lo que fue (es) ser un político priísta orgulloso del priato. (De hecho, el priísmo nunca ha ofrecido una disculpa a los ciudadanos de la transición democrática por lo que el priato fue. Beatriz, Bartlett, Gamboa y compañía se pavonean, como si nada, de la memoria de unos gobiernos que las naciones democráticas consideraron semitotalitarios o de plano totalitarios. ¡Empero ahora se asumen como los jueces morales de la transición pactada por don Luis H. Älvarez primero y la izquierda después -y a cada rato lo consiguen!).
La hipótesis del accidente fue debilitada por el protagonismo del economista Téllez y su improvisación como experto en aeronáutica. Pero en realidad la sostuvo la prensa mexicana con muy contadas excepciones, acaso por el puro hábito -forjado tenazmente durante el priato- de "respaldar" La Versión Oficial en vez de investigar y razonar de un modo independiente y libre.
(No es mera ingenuidad del mal reportear, sino costumbre psicológica. La prensa mexicana cree que su principal deber y responsabilidad son, no sus lectores y el amor a la verdad, como cabría esperar, sino la tranquilidad y la paz social, a la que se cree obligada a coadyuvar. Se rebaja así, mecánicamente, nuestra prensa a la condición de una sub agencia gubernamental. Esto se advierte, por ejemplo, al comparar los titulares de la tragedia en la prensa mexicana y la de España y USA; en el exterior se puso el acento en la negativa del presidente Calderón a pronunciarse durante el sepelio sobre si la tragedia fue un accidente o un "accidente", y escasa atención se concedió a la hipótesis Téllez; en contraste, aquí los primeros seguimientos noticiosos se enfocaron en censurar las versiones no oficiales de los ciudadanos.)
La decisión de incorporar expertos extranjeros de dos países a la indagatoria sobre las causas de la tragedia fue muy buena, favorable a la transparencia. Por desgracia, también asumió Téllez, sin objeción aparente del presidente Calderón, la función de mantenerse en contacto con los investigadores gringos y británicos. Es este un nuevo error que agregará leña a la sospecha popular.
Sin embargo ahora, tras la declaración del miércoles de Tony Garza, la hipótesis Téllez parece ganar un terreno decisivo. Habrá que esperar a los dictámenes finales. Si le dan la razón al exsubsecretario de Salinas de Gortari, será porque tuvo suerte (pues él no es experto en aeronáutica, según lo que sabemos).
Hasta entonces podremos decir con alguna seguridad que lo del martes 4 de octubre fue un accidente y no un "accidente" y que el raro protagonismo de Luis Téllez Kunzler obedeció a la humana ambición de hacerse notar ante el presidente... En tal caso, la hipótesis del atentado habrá quedado plenamente derrotada, no antes. Aunque no es imposible, si sería muy improbable un acuerdo de los hipotéticos criminales con los investigadores de dos países en la era del Youtube y la internet.
Hasta entonces, especular sobre un atentado es inevitable y tal vez hasta saludable para la inteligencia colectiva. Así procedemos todos en nuestra vida diaria ante situaciones paradójicas sobre las que no disponemos de datos ciertos, especulando. De hecho, la facultad de especular es una de las funciones (y no la menor) de la auténtica inteligencia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola mucho gusto, tu blog es fascinante, de lo mas interesante, pocos se preocupan de esa manera de las problematicas mundiales bueno te recomendare con mis amistades que estes de lo mejor adios

luisa de la fuente

Anónimo dijo...

Para ponernosa reflexionar y no dejarnos llevar por lo primero que nos dicen...bien!!